lunes, 24 de octubre de 2011

¿QUIÉNES SOMOS?

Este espacio está a cargo de alumnas de 5° año Humanidades del Colegio Nuestra Señora de los Milagros de la ciudad de Capitán Bermúdez (Santa Fe, Argentina). Fue creado con la intención de difundir información acerca del Déficit de Atención en los preadolescentes, motivados por el proyecto de investigación realizado en nuestro último año de secundaria. Dicho proyecto dejó en evidencia un desconocimiento generalizado del tema. Por eso, nuestro objetivo es brindar una herramienta útil para docentes y padres, factores tan importantes en el día a día de quienes padecen Déficit de Atención.

¿QUÉ ES EL DÉFICIT DE ATENCIÓN?

El trastorno por déficit de atención es un síndrome conductual con bases neurobiológicas y un fuerte componente genético. Se han demostrado factores de origen hereditario en un 80% de los casos. Diversos estudios demuestran que hay una transmisión familiar del trastorno. Según estimaciones, lo padece entre un 5% y un 10% de la población infanto – juvenil, siendo unas 3 veces más frecuentes en varones. Se trata de una alteración neurobiológica del comportamiento caracterizada por distracción moderada a severa, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.

Es de carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta más allá de la adolescencia. Los estudios de seguimiento a largo plazo han demostrado que entre el 60% y el 75% de los niños con D.A. continúa presentando los síntomas hasta la vida adulta si no son tratados en su infancia.

Los rasgos principales del D.A. son, por una parte, la dificultad para sostener la concentración (déficit de atención), sobre todo en circunstancias que ofrecen baja estimulación y, por otra, la falta de inhibición o control cognitivo sobre los impulsos, frecuentemente asociados con inquietud motora (hiperactividad – impulsividad). Estos dos conjuntos de signos pueden aparecer por separado o combinados.

Por diversas razones, algunos niños no desarrollan, a nivel esperado para su edad, la habilidad para sostener la atención, inhibir impulsos y regular la actividad física. Estas personas pueden ser muchísimo más distraídas, activas e impulsivas que las demás y pueden tener dificultad para actuar de acuerdo a las normas de comportamiento establecidas.

Las dificultades para responder adecuadamente en situaciones en las que se requiere sostener la atención e inhibir o regular la conducta pueden traer sufrimiento a las personas con estas características de comportamiento y afectar su capacidad para funcionar adecuadamente.

Cuando las características principales son la impulsividad y la hiperactividad el trastorno de denomina “Déficit de atención con hiperactividad”. En cambio, cuando la característica predominante es la falta de atención, el patrón de conducta se llama “Déficit de atención sin hiperactividad”.

Lo que puede llevar a que estas características de distracción e hiperactividad – impulsividad puedan ser consideradas como un trastorno es el potencial que tienen para interferir con la capacidad de la persona para lidiar de manera efectiva con las exigencias de ciertas situaciones.

SÍNTOMAS

Los síntomas principales son cuatro: déficit de atención, impulsividad, torpeza psicomotora e hiperactividad”.

Los más notorios en los chicos con Déficit de Atención se relacionan con problemas para manejar el tiempo; tendencia a tomar demasiadas tareas a la vez, a dejar proyectos incompletos, a hablar sin medir consecuencias; desorden en la casa, olvidos generalizados; dificultad para controlar explosiones de humor o estado de ánimo, para mantener relaciones duraderas satisfactorias, para concentrarse en la lectura; problemas en la toma de decisiones, baja tolerancia a la frustración, predisposición de los pensamientos a “flotar” o “pasear” cuando se escucha a los otros, estar levantado hasta altas horas de la noche y problemas para despertarse.

Si bien es normal en cualquier persona vivir ocasionalmente alguna de estas situaciones, quienes padecen este trastorno experimentan constante y simultáneamente estos síntomas. Tienen una vida marcada por los desaciertos. Sin embargo, ninguno de ellos tiene que ver con una deficiencia en su coeficiente intelectual: este es normal y, muchas veces, hasta superior. La clave de este historial de naufragios en la vida académica tiene que ver con un concepto clave: el rendimiento. No le pueden sacar el jugo a la inteligencia, no logran focalizar la atención, por lo tanto, si están estudiando no pueden memorizar. Además, al tener atención dispersa, la captación de la totalidad suele tener alteraciones. Todo esto hace que a los niños les cueste sostener un rendimiento.

Se trata de un síndrome que se manifiesta de diversas formas y con diferente intensidad en las distintas personas. Cualquiera sea la características sobresaliente, lo cierto es que muchos pasarán por la vida sin saber lo que les ocurre.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Por lo general, el derivante a una consulta es el colegio. Son los primeros en informar sobre el rendimiento del niño.

Al diagnóstico se llega a través de una consulta clínica neurológica y una planilla que es completada por los padres y maestros del chico. En la planilla se marcan las conductas que ven en el niño, es decir, los síntomas. Habiendo hecho puede conformarse un diagnostico.

El Déficit de Atención no tiene una cura definitiva, pero iniciar un tratamiento ayuda a disminuir las conductas características y favorece la vida cotidiana. A lo largo del tratamiento, el paciente, recibe herramientas que le servirán para facilitar procesos que habitualmente le llevarían demasiado tiempo realizar o dejarían inconclusos. Aprender a sobrellevar el déficit no implica la desaparición del los síntomas.

El tratamiento tiene como base la motivación para que al momento de dar una indicación y una actividad el paciente se sienta capaz de realizarla. Éste requiere de la terapia psicológica, la integración de la familia, los amigos y el ámbito escolar y, en algunos casos, de la medicación.

CONSEJOS CLAVES PARA AYUDAR A LOS CHICOS

- La evaluación de cada niño debe ser realizada por profesionales expertos en la temática y se le debe otorgar la posibilidad de ser tratado de acuerdo a las dificultades específicas que presenta.

- La medicación debe ser el último recurso y debe estar consensuada por diferentes profesionales.

- Se debe tomar en cuenta el contexto del niño en la evaluación.

- El diagnóstico a tiempo evita problemas mayores en la adultez.

Entrevista a la Licenciada en Pedagogía María Verónica Martín

¿De qué se trata el Déficit de Atención? ¿Cómo es el perfil de un niño con este trastorno?

El Déficit de Atención es una afección neurobiológica. Al diagnóstico se llega con una consulta clínica neurológica y con una planilla que es completa por los padres y maestros del chico, en donde marcan las conductas que ven en sus hijos, es decir, síntomas. Con el resultado de esta planilla, la consulta clínica y el informe del colegio se cierra el diagnóstico.

Por lo general, el derivante al tratamiento es el colegio. Son los primeros en informar sobre el rendimiento del chico.

Básicamente, un niño con Déficit de Atención suele no prestar atención en clase, levantarse del banco a cada rato, no puede sostener la actividad que se le presenta; sino que la interrumpe y se levanta a hacer otra cosa o a molestar a un compañero. En su cuaderno o carpeta suelen dejar espacios en blanco, ya que no logran terminar la actividad que se les presenta y cuando tienen otra actividad dejan la hoja en blanco y comienzan una nueva. Esto quiere decir que tienen dificultades en las funciones ejecutivas, que son funciones cerebrales que se ocupan de la anticipación, la organización y la planificación. Además, tienen torpezas motoras, suelen caminar mal, les cuesta correr, se caen, etc. Con respecto a la escritura, son muy grandes y desorganizadas. Esto se debe a su dificultad para ordenarse a nivel de pensamiento antes de realizar la acción.

Otra de las habilidades cognitivas afectadas es la atención. Se olvidan de las cosas. En lo escolar se olvidan de guardar sus útiles, de las tareas asignadas, etc.

Ellos tienen baja tolerancia a la frustración. Esto significa que el nivel cognitivo es normal, no tienen un retraso, por lo tanto, se dan cuenta de todas las dificultades que ellos tienen y se enojan mucho con ellos mismos y no quieren volver a repetir lo que les salió mal pero lo hacen porque hay un déficit a nivel cerebral. Por eso, hay que entrenar al chico y darle herramientas para que en su vida cotidiana pueda manejarse mejor.

Estos chicos tienen la autoestima muy baja. A nivel verbal, son muy verborrájicos. Como no tienen un freno inhibitorio para el movimiento, tampoco lo tienen para con lo verbal.

En general, prestan atención a las actividades que no requieran de una atención y una acentuación sostenida. Ligada a esta atención, está la memoria. Son dos habilidades que van juntas. La memoria a corto plazo está afectada, entonces cuando las explicaciones son verbales se diluyen.

Por último, es importante destacar la dificultad que tienen para interactuar con sus pares, ya que, inconscientemente, lo hacen de forma inadecuada. A veces, resulta molesto para los otros chicos produciendo el cansancio de éstos. Eso se debe a que el juego de él tiene que ver más con el molestar que con el construir un juego con el otro.


¿Cuáles son las causas que lo determinan?

Las causas son neurobiológicas y el factor genético también está presente. El tratamiento es dinámico y farmacológico. Esto lo determina el neurólogo, mediante estudios, análisis de sangre, etc. lo que hace la medicación es actuar sobre los neurotransmisores haciendo posible que el niño focalice la atención. Esta medicación no es para toda la vida, sino que se sostiene durante un tiempo. La medicación sola no funciona y, a veces, el tratamiento dinámico sólo tampoco.


¿Es un trastorno actual?

Este trastorno se conoce desde hace 20 a 30 años. En realidad, al chico con esta problemática se lo miraba como el niño distraído que recibía todos los retos.


¿Uno convive con este trastorno para toda la vida? ¿Con el tiempo se disminuye o se agrava? ¿Tiene una cura definitiva?

Si, es algo de por vida. No tiene una cura definitiva, pero el tratamiento ayuda a disminuir las conductas características. Las herramientas que reciben a lo largo del tratamiento les sirven toda la vida. La persona, de grande, en un trabajo va a seguir presentando los síntomas, pero va a saber cómo manejarlos.


¿Hay algún tipo de base estadística que nos muestre aproximaciones de cantidades de personas que padecen este trastorno en Argentina?

No hay porcentajes establecidos, lo que sí puedo decirles es que hace aproximadamente 5 años atrás hubo un auge, un sobrediagnóstico, que devino en una sobremedicación. Hubo una gran cantidad de médicos que obtenían rédito económico diagnosticando y medicando a pacientes que tal vez le era su suficiente un apoyo pedagógico o psicológico. Además, antes, la maestra no tenía a quien derivar a los alumnos; hoy en día, conoce las distintas alternativas que pueden colaborar con el avance del niño.


¿Cómo se le debe enseñar a un chico con esta problemática?

Las maestras deben ubicar a estos chicos en el salón, preferentemente, en los primeros bancos y frente a ellas. Cursos no muy numerosos favorecen la atención, concentración, y posibilitan un trabajo más personalizado.

El trabajo con soporte visual, ya que las indicaciones verbales solas se diluyen, es una de las herramientas más efectivas. Por otra parte, recomiendo que las docentes trabajen con textos cortos y, en caso de trabajar con actividades extensas, porcionarlas y dárselas de a poco.

Desde mi profesión, entreno el reconocimiento de palabras claves, relaciones y asociaciones, y establecemos preguntas puntuales que actúan como modelo ya que pueden ser utilizadas en todos los textos.


Por lo general, ¿los docentes aceptan aplicar estas indicaciones?

Lo que pasa con esto, es que estos chicos tienen necesidades educativas especiales y la docente titular no alcanza a cubrir estos requerimientos. Lo que hace la psicóloga o psicopedagoga es acercarse a la escuela y darle sugerencias a la maestra. En algunos casos, hace adaptaciones curriculares de acceso, no de contenido; ya que no es que no llegan al contenido mínimo.

Se les da las herramientas indispensables necesarias para acceder al contenido. Una de las herramientas indispensables es el soporte visual, que apoye a lo verbal. A otros niños les es suficiente con la base oral.


¿Existen indicaciones para los papás?

Es importante que los papás les enseñen a utilizar una agenda en la cual se organicen el día, anoten las tareas, es decir, todas las actividades que deban recordar. Otra herramienta útil, es un almanaque para lograr que el chico se sitúe en el tiempo y distribuya las actividades. Carteles en la habitación y otros lugares de la casa son de gran ayuda.

Ellos pueden hacer muchas cosas pero necesitan una guía, un ayudamemoria.


¿Cómo responden los chicos a los diferentes tratamientos?

El tratamiento parte de la relación motivación – refuerzo. Se empieza jugando con ellos con algo que realmente les guste, no dando una actividad que se sabe que les cuesta. Se empieza motivando para después darles una instrucción y una actividad.

El refuerzo son las cosas que más le gustan. Puede ser un refuerzo social, en donde uno lo incentiva, lo alienta; puede ser un refuerzo con golosinas, como premio resultante de una actividad concretada de manera satisfactoria. Otro refuerzo o “premio” en casa, puede ser el uso de la computadora, televisor, permisos, etc.

Es decir, el refuerzo es un premio que se le da a cambio de que realice la actividad que se le propuso.

Entrevista a una mamá de un chico con D.A.

¿Qué conductas mostraba su hijo que le llamaron la atención?

Lo que nos alertó en primer lugar fue la angustia que le causaban algunos temas a temprana edad. Por ejemplo, a los cuatro años manifestaba preocupación por la muerte, la salud, el infinito, etc. Si bien había experimentado una cirugía de corazón a los dos meses de edad y descubrió a los tres años a su abuelo muerto cuando llegaba a visitarlo, nosotros no nos percatamos hasta entonces que esto lo había afectado emocionalmente. La contra en estas situaciones es que era muy chico para poner estas cosas en palabras, considerando la complejidad que tienen estos temas para ser abordados aún por los adultos. Como si fuera poco, su experiencia con la maestra de preescolar fue traumática porque a causa de estas particularidades, en vez de estar motivado en el aprendizaje de los contenidos curriculares, sólo él quería encontrarle respuestas a los cuestionamientos personales que antes mencioné. La maestra no supo interpretarlo y lo corregía severamente, lo cual agregaba más angustia y sentimientos de frustración que fueron socavando su autoestima. A su vez, nosotros como padres, hacíamos caso a los requerimientos de la maestra exigiendo y poniendo penitencias porque “él puede pero no quiere” y colaborábamos inconscientemente a empeorar la situación. Cuando nos dimos cuenta que no daba resultado y la postura de la dirección de la escuela era la misma, decidimos el cambio a una escuela pública. Recién ahí vino la sugerencia de recurrir a la consulta pero ya tenía 6 años y estaba en segundo grado. Habíamos perdido un tiempo verdaderamente importante.


¿Le costó mucho dar con un diagnóstico certero?

Después de esto, el diagnóstico llegó relativamente rápido. Después de descartar causas neurológicas, fonoaudiológicas, visuales, etc. Bruno resultó ser disperso con hiperactividad por causas emocionales.


¿Qué tipo de tratamiento realizó? ¿En algún momento estuvo medicado? ¿Qué resultados obtuvo?

Inició tratamientos psicopedagógico y psicológico que le hicieron muy bien pero siempre estaba la traba de que algunas maestras colaboraban y aceptaban las sugerencias de los profesionales y otras, no. Las indicaciones para el abordaje son sencillas pero se debe trabajar en conjunto y cuando esto fallaba se requería la medicación por parte de la docente. Cambiamos de neuróloga para que considerara la posibilidad de la medicación. Fue ahí cuando ya tenía 9 años que se probó con metilfenidato (Ritalina, Rubifén) pero no hacía ningún efecto sobre la dispersión porque está indicado específicamente para hiperactivos, y también con atomoxetina que es un antidepresivo que suele dar resultado en estos casos, pero en él producía depresión.


Hoy en día, ¿está siendo tratado? ¿Nota el progreso?

Actualmente está con tratamiento psicológico, anímicamente está muy bien y recuperando su autoestima en plena pubertad, que no es poco. Pero en cuanto a lo pedagógico como dije antes lo único que da resultado es el trabajo en conjunto de escuela – casa - terapeuta. Entonces, cuando hay más docentes, las variaciones en cuanto a los resultados son mayores.


¿Cómo se muestra su hijo en la casa? ¿Qué medidas toma en el hogar?

Es vago con la tarea. Es su manera de llamar la atención por sobre su hermano menor. Antes me demandaba mucho tiempo con esto pero a sugerencia del psicólogo invertimos la situación: me acerco a él y a su tarea cuando resuelve, logra o, sencillamente, trabaja y no lo atiendo cuando quiere obtener mi atención con conductas negativas.


¿Qué nos puede decir de la vida social de su hijo? ¿Tiene algún tipo de dificultad para relacionarse con sus pares?

En cuanto a las actividades extraescolares es obediente, colaborador, voluntarioso. Interactúa siempre y se da a la conversación siempre y cuando las circunstancias se lo permitan, ya que es demasiado selectivo con las palabras. Esto, en un momento, era un problema porque las limitaciones de vocabulario propias de la edad no le permitían expresar sus ideas sobre todo en los temas que lo preocupaban que eran de mucha abstracción. En esto la terapia fue decisiva, por el entrenamiento que representa en cuanto a poner las cosas en palabras y no en el cuerpo reduciendo hasta desaparecer la hiperactividad.


¿Cómo fue su experiencia escolar hasta el día de hoy? (cambios de escuela, entrevistas con maestros, etc.).

Hasta el día de hoy la experiencia escolar, como dije antes, fue de muchas variaciones, siempre estaban relacionadas al vínculo afectivo que establecía con cada docente y al conocimiento que estos tuvieran del Déficit de Atención.


En su historia escolar, ¿las docentes colaboraron con el tratamiento?

Algunos docentes colaboraron y otros no, por eso lo difícil del tratamiento. Nuestra experiencia nos ha demostrado que todas las escuelas son iguales (esta es la tercera) en cuanto a este tema en particular, pero la diferencia la marcan los docentes: los hay comprometidos con la profesión, con el perfeccionamiento y la conciencia de lo importante que es la educación y otros demuestran que sólo han elegido la docencia como un trabajo más.